Un ventrilocuo es contratado para amenizar una fiesta de campo. Lo mandan al capataz (que era medio ignorante) a recogerlo a la estación del tren, como el viaje hasta el campo era largo, el ventrílocuo decide echar manos a su oficio para gastarle una broma al capataz, y le pregunta si el hablaba con los animales. "imposible", responde el capataz..."¡si los animales no hablan!"
"¿Qué no hablan?...a ver, acérquese a ese alambrado que habló con la vaca...."hey vaquita, ¿quién te hace el amor?" e impostando su voz, el ventrílocuo dice "el toooooroooo"
El capataz no lo podía creer...y siguen así, a campo traviesa, hasta que ven parada una yegua y el ventrílocuo le hace la misma broma...y siguen así. De pronto, le dice al capataz: "hey, deténgase acá! que le pregunto a la cerda! a esa no le crea nada que es una mentirosaaa!!!"