Comentaba un compadre con otro:
- Oiga, compadre, ando bien preocupado!
- Pues, dígame ¿porqué, compadre?
- Pues, el novio de mi hija, cada vez que la trae a casa, deja su nombre escrito con orines afuera de mi casa.
- Bueno compadre --contesta el otro-- eso no tiene nada de extraño. Todos los muchachos de ahora lo hacen, solo es una travesura.
- Eso no es lo que me preocupa, compadre... es que el nombre está escrito con la letra de mi hija!

- Oiga, compadre, ando bien preocupado!
- Pues, dígame ¿porqué, compadre?
- Pues, el novio de mi hija, cada vez que la trae a casa, deja su nombre escrito con orines afuera de mi casa.
- Bueno compadre --contesta el otro-- eso no tiene nada de extraño. Todos los muchachos de ahora lo hacen, solo es una travesura.
- Eso no es lo que me preocupa, compadre... es que el nombre está escrito con la letra de mi hija!
