Los señores marqueses están
en el salón de su casa.
El marido está haciendo
las cuentas y, de pronto,
le dice a su esposa.
- Florinda, podrías aprender
a cocinar y nos ahorraríamos
la cocinera.
La marquesa, impertérrita y
algo cáustica, le responde:
- Pues tú, Carmelo, podrías
aprender a follar y nos
ahorraríamos el chófer!
en el salón de su casa.
El marido está haciendo
las cuentas y, de pronto,
le dice a su esposa.
- Florinda, podrías aprender
a cocinar y nos ahorraríamos
la cocinera.
La marquesa, impertérrita y
algo cáustica, le responde:
- Pues tú, Carmelo, podrías
aprender a follar y nos
ahorraríamos el chófer!