En cierta secta religiosa iban a bautizar a los nuevos congregados. Al iniciarse el bautismo, todos se ponían de pie y se encaminaban al altar. Allí el pastor los tomaba del cabello con las manos e introducía sus cabezas dentro de una enorme tina rebosante de agua fría. Luego de sacarlos de nuevo, el pastor les preguntaba,¿has visto a Jesucristo, hijo mío?, y estos le respondían,
Si, lo he visto. ¡ahora estás bautizado en el nombre de dios, les decía el pastor. El rito siguió de esta manera. En cierto momento entró al lugar un borracho que deambulaba por la calle a esas horas, buscando refugio, el borracho, al ver cómo el pastor les daba un chapuzón a los nuevos, éste pensó que tal vez le vendría bien mojarse la cara, entonces se metió en la fila. Al llegarle el turno, el pastor le tomó de los cabellos e introdujo su cabeza en la tina. Cuando el pastor lo sacó de la tina, el borracho escupía agua por la boca, las narices, las orejas, por poco se ahoga. El pastor le hace la misma pregunta que a todos, ¿has visto a Jesucristo?, Y el borracho le responde, no, no lo he visto. El pastor, intrigado, vuelve a hacer lo mismo, le vuelve a introducir la cabeza en la tina. Esta vez el borracho se traga como 2 litros de agua. El pastor le vuelve a preguntar, ¿has visto a Jesucristo?, no, no lo ví, le vuelve a responder el borracho. El pastor furioso vuelve a introducirle la cabeza en la tina como 10 veces y las 10 veces pasa lo mismo. Cuando llega un momento en que el pastor está a punto de introducirle de nuevo la cabeza en la tina, y el borracho se agarra de los bordes de esta y le dice al pastor que se detenga. El pastor se detiene intrigado, y el borracho lo mira, ya medio ¡ahogado¡ y le dice : ¿ usted esta seguro de que el se ha caído aquí adentro?