Un indio se iba a casar con una chica blanca que casualmente se llamaba también Blanca. Por la diferencia de razas, la madre le dice a su hija: "No te puedes casar con ese indio."
Y la hija le responde: "Pero si yo lo amo, y el tambien me ama y nos vamos a casar."
La madre le dice: "si él de verdad te ama, dile que te compre todas las tierras del norte
y las ponga a tu nombre..."
La hija llorando va a contárselo al indio y le dice: "Mi madre dice que para poder casarnos debes comprarme las tierras del norte y ponerlas a mi nombre."
El indio le contesta: "Yo amar a Blanca... poder comprar tierras del norte y ponerlas a tu nombre."
Blanca va y le dice a su madre: "El indio me compró las tierras del norte, ahora sí nos vamos a casar..."
"Aún no, si ese indio te ama de verdad dile que también te compre las tierras del sur y las ponga a tu nombre."
La chica le cuenta al indio y el indio le dice: "Yo amar a Blanca, poder comprar
tierras del sur."
La chica va contenta y le cuenta a su madre y la señora muy desesperada, sin saber que hacer para impedir que se casen, le dice: "si en verdad te quieres casar con ese indio, su pene debe medir medio metro..."
Y la chica llorando le dice: "pero madre nadie en el mundo la tiene de ese tamaño", y su madre le responde: "¡entonces no te casas!"
La chica va y con mucha pena le cuenta al indio: "Mi madre dice que para casarnos tu pene
debe medir ¡MEDIO METRO!
El indio se queda pensando mucho tiempo... y finalmente le dice:
"Yo amar a Blanca... ¡PODER CORTARME UN PEDAZO!"