Un tipo se queda sin trabajo. Desesperado, va con un amigo suyo, dueño de un supermercado, y le pide que le dé un trabajo.
El amigo le dice que sólo le puede ofrecer un puesto como vendedor, pero le advierte que a él le gusta que sus clientes sean muy bien atendidos y que se les convenza de comprar algo más antes de abandonar la tienda.
Como ejemplo, le pide que observe su propio comportamiento con una señora que acababa de entrar:
"¿Qué se le ofrece, señora?"
"Quisiera un limpiavidrios".
"Cómo no, aquí lo tiene, señora... ¿y por qué no aprovecha y se lleva un lustramuebles, también?"
"¿Y yo para qué quiero un lustramuebles?"
"Bueno, porque si limpia solamente los vidrios, los muebles se van a ver sucios; pero si los lustra, toda la casa se verá reluciente".
"¡Tiene toda la razón, muchas gracias por su consejo!"
Se va la clienta muy contenta, y el dueño del supermercado le dice a su amigo que atienda a la joven que acaba de entrar, para ver si había aprendido la técnica de atender a los clientes de acuerdo como a él le gustaba.
"Buenas tardes, ¿qué se le ofrece, señorita?"
"Quiero un paquete de Tampax".
"Cómo no, aquí lo tiene, señorita y ¿por qué no aprovecha y se lleva un limpiavidrios y un lustramuebles?"
"¡Pero qué ridiculez! ¿Y para qué quiero yo lustramuebles y limpiavidrios?"
"Bueno, es que como se va a pasar una semana sin culiar... ¡por lo menos aprovecha y limpia bien la casa!"