Una bella tarde, de en medio de una nube, aparece de pronto el Hada Madrina. Cenicienta le pregunta:
- Querida hada madrina, después de todos estos años, ¿qué haces aquí?
La madrina responde:
- Cenicienta, desde la ultima vez que nos vimos, has vivido una vida ejemplar. ¿Hay algo que pueda hacer por ti? ¿Algún deseo que te pueda conceder?
Cenicienta esta confundida, alegre y roja de emoción. Después de pensar un poco, murmura:
- Me gustaría ser inmensamente rica.
En un instante, su vieja mecedora se vuelve de oro. Cenicienta está impresionada. Su fiel gato Bob se sobresalta, y se aleja de la mecedora. Cenicienta grita:
- ¡Gracias Madrina!
El Hada Madrina dice:
- No hay de que. ¿Qué te gustaría como segundo deseo?
Cenicienta baja la cabeza, mira las huellas del tiempo en su cuerpo, y dice:
- Me gustaría ser joven y bella de nuevo.
Casi instantáneamente, ella se encuentra con su belleza de antaño.
Cenicienta empieza entonces a sentir cosas de las que casi no se acordaba: apasionamiento, ardor... El Hada Madrina dice entonces:
- Te queda un último deseo. ¿Qué quieres?
Cenicienta mira a su pobre gato asustado y dice:
- Quiero que transformes a mi pobre gato en el más bello joven.
Por arte de magia, Bob se transforma en magnifico hombre, tan bello que los pájaros no pueden evitar dejar de volar y caer al suelo al mirarlo. El Hada Madrina dice antes de irse:
- Felicidades, Cenicienta. Disfruta de tu nueva vida.
Durante unos instantes mágicos, Cenicienta y Bob se miran tiernamente. Entonces Bob avanza hacia ella, la toma entre sus musculosos brazos y le murmura cálidamente al oído:
- ¿A que te arrepientes de haberme hecho castrar?
Chistes #611